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dilluns, 5 d’octubre del 2015

Miscel·lània: pensaments despensats (7).

Sovint no sé si la meua dificultat, i el poc goig que sent, per relacionar-me socialment es deu a la meua introversió, a la meua misantropia o a ambdues coses a proporcions iguals o desiguals.
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Acabaré sent un asceta, preferisc una vida ascètica a viure rodejat de tanta estultícia.
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Si el nom fa la cosa i a les coses les enumerem, la forma que tenen els economistes i els polítics de convertir a les persones en coses és canviant-los el nom per un número o donar-los nom de cosa -com per exemple capital humà-.
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Per afinar el nas i poder captar l'olor, l'essència, d’aquest món, no hi ha res com llegir a Cioran, concretament “Breviario de podredumbre”.
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Afirma Cioran
“En todo hombre dormita un profeta, y cuando se despierta hay un poco más de mal en el mundo...”
El que no diu és que en aquells que el profeta no desperta hi ha la necessitat de seguir a un profeta. Profetes i seguidors, tots junts empitjorant el món.
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Alguns antropòlegs i estudiosos socials lamenten la pèrdua de la transmissió cultural oral, intergeneracional, posen de manifest la falta de comunicació tant fora com dins de la família. Aquestes formes de comunicació transmetien una forma d’estar-en-el-món, ara eixe paper el fa la TV i ho fa també de forma oral adornat amb boniques -o lletges segons convinga- imatges. En realitat no ha canviat res, o millor dit gaire bé res, només la relació entre l’emissor i el receptor -sense espai per a la imaginació- i una nova configuració d'estar-en-el-món.
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Cervantes va errar al escriure la famosa imatge de Don Quijote, els gegants i els molins. En realitat els molins si eren gegants, però ell els va veure com molins i en passar per davant, els gegants el van esclafar com s’esclafa a un escarabat. El mateix passa hui en dia, on veiem grans edificis i centres de negocis no hi ha més que monstres sense escrúpols, però continuem enlluernats per paperets de colors, teletes i drapets, llumetes i parauletes, mentre ens esclafen com a escarabats.
 
Òskar "Rabosa"

3 comentaris:

  1. Hola, Oskar:
    Cuantos más aparatos hay para comunicarnos, menos nos comunicamos. Tengo esa sensación. A los adolescentes de mi entorno parece que se les ha olvidado hablar, todo el día pegados al móvil enviando mensajitos. Lo peor es que conozco adultos que hacen lo mismo.
    Totalmente de acuerdo,parece que haya mucha gente entretenida con lo superficial, "mientras nos aplastan como escarabajos". Qué desasosiego da cruzarse en la ciudad con gente que no tiene alma, por llamarlo de alguna manera.
    Gracias Oskar por compartir tus reflexiones. Abrazos.

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  2. Hola Cesleste,

    Creo que realmente la comunicación no se pierde sino que se ha transformado, es más superficial, menos social, más impersonal. Como es la sociedad en general, una sociedad de consumo, dónde las relaciones sociales también son de consumo.
    Respecto a la gente que no tiene alma, me recuerda a una canción de Ruben Blades, que aunque no me gusta la salsa, he de reconocer que las letras de Blades son otra cosa. La canción es "Plástico", y habla de mujeres de plástico, hombres de plástico, parejas de plástico, una ciudad de plástico... Me parece que hay demasiado plástico...

    https://www.youtube.com/watch?v=SUV5nGvWgBM&feature=youtu.be

    Ella era una chica plástica
    de esas que veo por ahí
    de esas que cuando se agitan
    sudan channel number three
    que sueñan casarse con un doctor
    pues él puede mantenerlas mejor
    no le hablan a nadie si no es su igual
    a menos que sea fulano de tal
    son lindas, delgadas, de buen vestir,
    de mirada esquiva y falso reír
    que fallo

    El era un muchacho plástico
    de esos que veo por ahi
    con la peinilla en lamano y cara de yo no fui
    de los que por tema de conversación
    discuten que marca de carro es mejor
    de los que prefieren el no comer
    por las apariencias que hay que tener
    pa andar elegantes y así poder
    una chica plástica recoger
    que fallo

    Era una pareja plástica
    de esas que veo por ahí
    él pensando solo en dinero
    ella en la moda en parís
    aparentando lo que no son
    viviendo en un mundo de pura ilusión
    diciendo a su hijo de cinco años:
    no juegues con niños de color extraño
    ahogados en deudas para mantener
    su estatus social en moda o cóctel
    que fallo

    Era una ciudad de plástico
    de esas que no quiero ver
    de edificios cancerosos
    y un corazon de oropel
    donde en vez del sol
    amanece un dolar
    donde nadie ríe
    donde nadie llora
    con gente rostros de polyester
    que escuchan sin oír
    y miran sin ver
    son gente que vendió por comodidad
    su razón de ser y su libertad

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