dimecres, 1 d’agost del 2018

DEBE GOBERNAR LA LISTA MÁS VOTADA

Resultat d'imatges de casado nuevo presidente del pp
El Partido Popular siempre ha defendido que, en unas elecciones, la lista –o el candidato— más votado debe ser quien gobierne. Realmente, si se mantiene la opción de la democracia directa, su discurso sí que posee una cierta legitimación porque, de otro modo, el gobierno se formaría de manera indirecta o, por decirlo de otro modo, a partir del voto delegado, bien de diputados, bien de concejales, bien de delegados.

Con anterioridad, la democracia interna de la organización era, simplemente, votar que el presidente del partido tuviera poderes absolutos para decidir quién formaba parte de la ejecutiva, quién sería su sucesor, cuál sería la estrategia y la línea política. Ahora, con la opción de votar en unas primarias, el Partido Popular ha decidido liquidar, aunque solo sea en esta campaña, el sistema del dedazo presidencial; tal vez porque el presidente creía que podría, de manera indirecta, ubicar a su candidata…

Tras las elecciones primarias, el partido optó por una nueva dirección, la de un joven desconocido llamado Pablo Casado que, en cierto modo, desvía la línea sucesoria desde la derecha hacia un poco más a la derecha, desde el populismo hacia un poco más de populismo, aunque todo esto no es importante porque, en el caso de poder formar gobierno, las rectificaciones que se acordaran con sus supuestos socios lo podrían llevar a hablar catalán en la intimidad, o a puntualizar matices sobre el movimiento vasco de liberación.

Con esta nueva opción llamada democracia interna con votaciones primarias, el Partido Popular entra en la fase de la indecisión ya que los pocos militantes que le quedan tienen la posibilidad de elegir a su líder, cosa que ya se ha realizado. Con el voto directo, Soraya ganó a Pablo, o sea, que si se aplica la premisa que tanto ha defendido el PP, la exvicepresidenta no debería tener objeción alguna para ejercer en su nuevo cargo. Pero, el problema ha llegado cuando se ha rechazado el pacto entre los dos candidatos más votados.

Una segunda vuelta, se decía, podría dividir el partido. Un enfrentamiento tan directo, se decía, podría desgastar demasiado a sus candidatos. Todo esto son opiniones o, por decirlo de otro modo, visiones subjetivas. Lo que es realmente objetivo es que el Partido Popular ha escogido a su candidato con un sistema de elección indirecta y, por tanto, ha fallado a sus principios: la lista más votada por los afiliados es la de Soraya. Casado será el nuevo presidente del partido con solo un 34,36% de los votos (19.977 en toda España), o sea, una miseria. A todo esto, debemos tener en cuenta que con menos de 60.000 afiliaciones reales, el número de apoyos directos del nuevo presidente es de pena. Suerte, Pablo.


Observador internacional