dijous, 19 d’octubre del 2023

Palestina (Canaan), en algun moment de fa 3.500 anys.

No es pot entendre el que està passant a Palestina des del 1947 fins ara sense entendre algunes coses que són el fonament de l’actual estat israelià. Els territoris de Palestina, actual Israel si fa o no fa, són les terres que Jahvè va prometre donar-li a Abraham i la seua descendència a perpetuïtat. La Terra Promesa que després li va donar a Moisès. La terra que va conquerir Josuè. El que els israelians han fet des del 1947, és el mateix que van fer, dic que fan fer perquè tot i ser un relat mític és cregut com a cert i això el fa Real,  fa 3.500 anys (poc dalt o baix). I el final de la història actual, necessàriament pels israelians el projecte actual, ha de ser com aquell.

Com que l’Antic Testament canònic catòlic és pràcticament el mateix que l’hebreu, i en tot cas, el Pentateuc o Cinc primers llibres (pels hebreus la Torà) no canvien, faig un recull d’alguns extractes de com al poble israelià se li va prometre prometre per Jahvè una terra, com van arribar a la Terra Promesa després de la captivitat a Egipte i com assoliren la Pau. Qui tinga més paciència, pot llegir-se el Pentateuc sencer i poder extreure millor les seues conclusions.

Génesis 17, 1-14

1. Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció Yahveh y le dijo: «Yo soy El Sadday, anda en mi pressencia y sé perfecto. 2. Yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicaré sobremanera.» 3. Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así: 4. «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. 5. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. 6. Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti. 7. Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad. 8. Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos

Éxodo 3, 1-10

1. Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. 2. El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. 3. Dijo, pues, Moisés: «Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza.» 4. Cuando vio Yahveh que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!» El respondió: «Heme aquí.» 5. Le dijo: «No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada.» 6. Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. 7. Dijo Yahveh: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. 8. He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. 9. Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen. 10. Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.»

Números 14, 5- 9

5. Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra delante de toda la asamblea de la comunidad de los israelitas. 6. Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefunné, que eran de los que habían explorado el país, rasgaron sus vestiduras 7. y dijeron a toda la comunidad de los israelitas: «La tierra que hemos recorrido y explorado es muy buena tierra. 8. Si Yahveh nos es favorable, nos llevará a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra que mana leche y miel. 9. No os rebeléis contra Yahveh, ni temáis a la gente del país, porque son pan comido. Se ha retirado de ellos su sombra, y en cambio Yahveh está con nosotros. No tengáis miedo.»

Números 31, 1-7

1. Habló Yahveh a Moisés y le dijo: 2. «Haz que los israelitas tomen venganza de los madianitas. Luego irás a reunirte con tu parentela.» 3. Moisés habló al pueblo y le dijo: «Que se armen algunos de vosotros para la guerra de Yahveh contra Madián, para tomar de Madián la venganza de Yahveh. 4. Pondréis sobre las armas mil de cada tribu, de todas las tribus de Israel.» 5. Los millares de Israel suministraron, a razón de mil por cada tribu, 12.000 hombres armados para la guerra. 6. Moisés envió al combate mil por cada tribu, y con ellos a Pinjás, hijo del sacerdote Eleazar, que llevaba en su mano los objetos sagrados y las trompetas del clamoreo. 7. Atacaron a Madián como había mandado Yahveh a Moisés y mataron a todos los varones.

Números 31, 14-18

14. Moisés se encolerizó contra los jefes de las tropas, jefes de millar y jefes de cien, que volvían de la expedición guerrera. 15. Les dijo Moisés: «¿Pero habéis dejado con vida a todas las mujeres? 16. Precisamente ellas fueron las que indujeron a prevaricar contra Yahveh a los israelitas, siguiendo el consejo de Balaam, cuando lo de Peor; por eso azotó la plaga a la comunidad de Yahveh. 17. Matad, pues, a todos los niños varones. Y a toda mujer que haya conocido varón, que haya dormido con varón, matadla también. 18. Pero dejad con vida para vosotros a todas las muchachas que no hayan dormido con varón.

A Números 34 es marquen el límits de la Terra Promesa.

Josué 6, 15-21

15. El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.) 16. La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!» 17. «La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos. 18. Pero vosotros guardoos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiráis en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia. 19. Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh: ingresarán en su tesoro.» 20. El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella. 21. Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.

Josué 8, 20-25

20. Cuando los hombres de Ay volvieron la vista atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o por otro. El pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los perseguidores. 21. Viendo Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que subía de ella una humareda, se volvieron y batieron a los hombres de Ay. 22. Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por otro. Estos los derrotaron hasta que no quedó superviviente ni fugitivo. 23. Pero al rey de Ay lo prendieron vivo y lo condujeron ante Josué. 24. Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en el campo y en el desierto, hasta donde habían salido en su persecución, y todos ellos cayeron a filo de espada hasta no quedar uno, todo Israel volvió a Ay y pasó a su población a filo de espada. 25. El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue 12.000, todos los habitantes de Ay.

Josué 10, 7-14

7. Josué subió de Guilgal con toda la gente de guerra y todos los guerreros valientes. 8. Y Yahveh dijo a Josué: «No les temas, porque los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir.» 9. Josué cayó sobre ellos de improviso, tras haber caminado toda la noche desde Guilgal.

10. Yahveh los puso en fuga delante de Israel y les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón, y los batió hasta Azecá (y hasta Maquedá). 11. Mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahveh lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada. 12. Entonces habló Josué a Yahveh, el día que Yahveh entregó al amorreo en manos de los israelitas, a los ojos de Israel y dijo: «Deténte, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayyalón.» 13. Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿ No está esto escrito en el libre del Justo? El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero. 14. No hubo día semejante ni antes ni después, en que obedeciera Yahveh a la voz de un hombre. Es que Yahveh combatía por Israel.

Josué 11, 6-8

6. Yahveh dijo entonces a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los dejará a todos ellos atravesados ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros.» 7. Josué, con toda su gente de guerra, los alcanzó de improvisio junto a las aguas de Merom y cayó sobre ellos. 8. Yahveh los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispá. Los batió hasta que no quedó ni uno vivo.

Josué 11, 10-12

10. Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos. 11. Pasaron a cuchillo a todo ser viviente que había en ella, dando cumplimiento al anatema. No quedó alma viva y Jasor fue entregada a las llamas. 12. Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes y los pasó a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahveh.

Josué 11, 18-23

18. Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes; 19. no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza. 20. Porque de Yahveh provenía el endurecer su corazón para combatir a Israel, para ser así consagradas al anatema sin remisión y para ser exterminadas, como había mandado Yahveh a Moisés.

21. Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades. 22. No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gad y Asdod. 23. Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahveh le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el país vivió en paz tras la guerra.

 Òskar "Rabosa".