Sea como fuere, una cosa es
cierta: Que los dos grandes bloques de poder descendente y jerárquico en toda
sociedad como conjunto, que son la gran empresa y la Administración pública, no
han sido hasta ahora ni siquiera rozados por el proceso de democratización. Y
mientras estos dos bloques resistan la agresión de las fuerzas que presionan
desde abajo, no puede decirse que se haya producido la transformación
democrática. Ni siquiera podemos decir que sea realmente posible esta
transformación. Sólo podemos decir que si la avanzadilla de la democracia se
midiera de ahora en adelante por la conquista de los espacios ocupados todavía
por centros de poder no democráticos, son tales y de tanta importancia estos
espacios, que la democracia integral —en el supuesto de que sea una meta no
sólo deseable, sino también posible— se halla aún lejana e incierta.
Norberto Bobbio, Democracia
directa y democracia participativa.
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