Oigo
voces dentro de mi cabeza que me hablan y me dicen cosas y yo no quiero oír las
voces porque no me gusta oír voces cuando estoy solo y las voces no me dejan
estar solo porque siempre me están hablando y con las voces no estoy nunca solo.
Las
voces me hablan y yo no contesto cuando me hablan porque quiero pensar lo que
debo decir a las voces, pero para pensar quiero estar solo y no con las voces
que hablan, pero si estoy con ellas no estoy solo y no pienso y no hablo con
ellas cuando estoy solo.
La
voces me dicen doctrina y yo quiero pensar pero la doctrina no me deja pensar
porque las voces me hablan de doctrina y la doctrina no es buena porque las
voces no son buenas porque no me dejan pensar cuando estoy solo y yo no puedo
estar solo cuando están las voces que hablan doctrinas.
Pongo
la televisión para no oír voces y pongo la radio para no oír voces pero las
voces me dicen doctrina y yo oigo doctrina con voces y las voces salen de la
tele y de la radio hablando doctrina, también. Las voces son doctrina y la
doctrina que hablan las voces son doctrina de voces y la tele es doctrina y la
radio es doctrina.
La
escuela es doctrina porque oigo voces cuando estoy en clase y cuando estudio
porque solo hablan las voces que dicen doctrina y no puedo saber lo que pone en
el libro porque oigo voces y oigo doctrina que no me deja estar solo sin la
doctrina de las voces que hablan y la escuela es doctrina porque no hay ruido y
solo hay voces que hablan en el libro en mi cabeza.
Alvert
Ribera
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